Nietzsche ¿A la venta en el mercado?

Hay eventos de todo tipo: los filosóficos, requieren de un espacio y un público específico. Se pueden –y deben- realizar eventos de difusión de la cultura, como de hecho lo hacen nuestros alumnos de la Facultad: nos llevan al Metro, a los parques, a diferentes lugares públicos para hablarle a la gente. Eso me parece muy bien.

Pero el caso que ha inquietado a algunos estudiantes respecto a filósofos españoles que vienen constantemente invitados por un empresario mexicano, es diferente. No voy a ahondar, podría decir muchas cosas, pero para qué detenerse en lo que resulta indigno. Yo ya dejé por escrito en una entrada de este blog lo que pensé cuando participé en un evento sobre Nietzsche organizado por el empresario Martínez Cisterna. No pienso volver a hacerlo porque no me agradan ese tipo de eventos, aunque creo que él y su esposa son buenas personas, a pesar del ansia de protagonismo del mencionado empresario. Ser buena persona o buen industrial no te hace un buen filósofo.

Ahora; hay objeciones éticas y yo la plantearía de esta manera:

1. Creo que se daña a la filosofía en México al presentar una imagen que no corresponde a la realidad. En nuestro país no sólo en la UNAM, sino en otras instituciones públicas, hay especialistas que han sido ignorados: no es mi caso, pero el nivel de la filosofía en México no puede ofrecerlo un empresario, por bueno que sea como tal. Ni hace falta tampoco crear esos escenarios empresariales trayendo extranjeros para hacer filosofía: es hasta ofensivo.

2. Por otro lado, se está dando una idea errónea de un filósofo como Nietzsche al ofrecerlo a un público que no es capaz de comprenderlo. Nietzsche es bastante complejo y no debemos olvidar los verdaderos estragos que puede causar una mala interpretación de este filósofo.

3. Por último, a mi modo de ver México no está recibiendo con estos eventos lo que en verdad requiere. Le haría falta mucha más y mejor educación primaria, secundaria y preparatoria, y sobre todo más educación ética laica. ¿Qué pasaría si los miles y miles que se gastan en este tipo de eventos, se invirtieran en darle un mejor nivel de vida y educación a cientos de mexicanos que no la tienen?

Concluyo con estas reflexiones: la responsabilidad ética de todo filósofo y de todo profesor de filosofía debe ser con la enseñanza y la investigación.

El diálogo fructífero de los filósofos debería encontrarse en las universidades, y cualquier acto altruista posible por parte de los empresarios, debería dirigirse a los más necesitados de educación primaria, secundaria y preparatoria.

De ahí en fuera sólo me queda la nostalgia de ver aparecer en la sección de “Empresas y anuncios de compra-venta” a amigos filósofos que he amado, leído y respetado. Los seguiré amando, pero cómo quisiera tomarles de los hombros y decirles algo que por cierto, viene de la pluma del mismo Nietzsche:

“Huye, amigo mío, a tu soledad! Ensordecido te veo por el ruido de los grandes hombres y acribillado por los aguijones de los pequeños. El bosque y la roca saben callar dignamente contigo. Vuelve a ser igual que el árbol que amas, el árbol de amplias ramas: silencioso y atento pende sobre el mar. Donde acaba la soledad, ahí comienza el mercado; y donde comienza el mercado, allí comienza también el ruido de los grandes comediantes y el zumbido de las moscas venenosas”.